Exfoliantes: ácido glicólico

En varias oportunidades hemos mencionado las ventajas (y riesgos) de exfoliar la piel. Hablamos de exfoliación como paso previo a cualquier tratamiento dérmico que tenga como finalidad mejorar la textura y apariencia de la piel. Sin embargo, te preguntarás cuáles son las formas más seguras de realizar una exfoliación.

Para comenzar te diremos que si bien los tratamientos hogareños dan buenos resultados, no debes abusar de ellos, ni realizar abrasiones dérmicas más de 1 vez por semana, pues en verdad empeorarías los efectos que buscas corregir. De todos modos, siempre un procedimiento en el hogar estará basado en ingredientes naturales y que tienes a la mano.

Una buena receta es la combinación de zumo de limón con unas pocas cucharadas de azúcar y con ella restregas tu piel suavemente. La función final de una exfoliación es la eliminación de las células muertas acumuladas y de las toxinas que saturan la piel, opacándola y quitándole elasticidad y frescura.

Pero además de recetas para realizar en el hogar, existen tratamientos profesionales para lograr una exfoliación profunda y eficaz. Estos procedimientos se valen de una variedad importante de agentes químicos de distinta intensidad y resultados. En sucesivas entradas iré contándote las ventajas y desventajas de cada uno de ellos, para que con la información adecuada, estés en condiciones de escoger el mejor tratamiento para tu caso.

Hoy te presentaremos el ácido glicólico:

Es uno de los componentes químicos más conocidos y de mayor aplicación en los gabinetes de profesionales cosmiatras en todo el mundo. Como todo agente exfoliante, realiza una profunda eliminación de células muertas de la piel, activa la circulación sanguínea y promueve la formación de nuevas células.

Luego de un tratamiento con ácido glicólico es posible ver un aumento notable en la textura, elasticidad y brillo natural de la piel, por lo que es altamente recomendado para tratar arrugas y atenuar las huellas que deja en la piel el paso del tiempo.

Suele emplearse combinado con "hidroquinona", una sustancia blanqueadora muy potente que borra las manchas producidas por el sol o la edad, al tiempo que controla el acné y otras afecciones dérmicas como la psoriasis.

A pesar de los controles dermatológicos, la aplicación de un tipo de ácido en el rostro y en otras partes del cuerpo, requiere supervisión profesional, por ello lo más recomendable que "entrenes" tu piel un tiempo antes de recibir una atención profesional de esta naturaleza.

El procedimiento ideal será durante una semana previa al tratamiento, demaquillar cada noche el rostro empleando una mota de algodón embebida en una emulsión limpiadora que contenga ácido glicólico (en bajas dosis). Esto hará que la piel se acostumbre a la presencia de este agente abrasivo y no manifieste reacciones adversas (como pueden ser alergias, molestias, etc.) ni durante ni con posterioridad al tratamiento profesional. No recomendamos aplicar este producto en la zona de párpados o contorno de ojos.