Esta suele ser la primera reacción de una mujer que después de una determinada edad, es testigo de cómo sus brazos lucen fláccidos y envejecidos.
Es común que no prestemos atención a esta parte de nuestro cuerpo, especialmente en invierno, cuando el abrigo nos obliga a ocultarlos. Para que esto no te suceda, lo mejor será ponerse en movimiento.

Lo ideal será comenzar por rutinas simples de ejercicio, pues hasta ahora es uno de los tratamientos de mayor eficacia en los casos de flaccidez y pérdida de tonicidad muscular.
Un ejercicio muy recomendado es apoyar ambos brazos en la pared a la altura de los hombros, con el cuerpo inclinado y acercarse a la pared hasta que el pecho se encuentre a unos 20cm de distancia de ésta, luego alejarse. Unas 20 repeticiones diarias harán que veas resultados en muy poco tiempo.
Otra opción es acudir donde profesionales del ejercicio para que te brinden asesoramiento focalizado a retonificar todos los grupos musculares de los brazos.
También es altamente recomendable aplicar diariamente cremas reafirmantes, ricas en vitaminas A y E, y una vez a la semana realizar una exfoliación profunda para eliminar impurezas y permitir una mayor oxigenación de la piel.
Al tomar una ducha te sugerimos frotar la zona posterior de los brazos con un guante de crin. Esto reactivará la circulación sanguínea de la zona y ayudará a la generación de fibras de colágeno fundamentales para el tono muscular.
Una solución más drástica es la cirugía plástica, pero de todos modos, luego de la recuperación deberás mantener rutinas regulares de ejercitación para que no vuelva a debilitarse la piel y los músculos de la región.
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