Aunque "anorexia" significa falta de apetito, las personas que sufren esta patología sienten hambre pero rechazan la comida en cualquier forma, pues el pánico a engordar es superior lo cual genera una distorsión en la imagen corporal que les hace verse "gordos" aún cuando están increíblemente delgados.
Por lo general la anorexia nerviosa ataca a personas con altos rendimientos físicos e intelectuales (en la escuela, en el trabajo, en los deportes). Por lo general son personas con muy altos niveles de presión del entorno y manifiestan esta conducta de dos maneras: o bien para "revelarse" contra familiares que exigen estos niveles de rendimiento, o bien para sentir que al menos "controlan" algún aspecto de sus propias vidas (aunque efectivamente no sea así).

El diagnóstico de esta enfermedad suele ser bastante difícil, pues la negación, la vergüenza y el disimulo atentan contra una identificación temprana del desorden.
A continuación listaremos algunos de los principales síntomas y alertas que anticipan un cuadro de anorexia nerviosa, aunque debemos aclarar que la presencia de algunos de ellos no necesariamente estarían indicando esta patología:
- Pérdida abrupta de peso en cortos períodos de tiempo
- Dietas sostenidas a pesar de tener bajo peso
- Interés desmedido en las características de las comidas (calorías, aporte graso, etc.)
- Hábitos extraños de alimentación (en secreto, por la noche, etc.)
- Verse con sobrepeso a pesar de la delgadez evidente
- Autoexigencia extrema y autocrítica desmedida
- Depresión, ansiedad e irritabilidad
- Supresión o alteración del ciclo menstrual
- Uso desmedido de laxantes, diuréticos o medicamentos para bajar de peso
- Bajas defensas en el organismo
- Prendas holgadas para ocultar la delgadez
- Ejercitación física compulsiva
- Aislamiento social
- Cabello y uñas quebradizas
- Baja tolerancia a los cambios climáticos
- Anemia y estreñimiento
- Inflamación de las articulaciones
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