viernes, 21 de marzo de 2008

Vitalidad y salud en el cabello

El cabello ha sido desde siempre un signo inconfundible de vitalidad, juventud y buena salud. Una cabellera abundante, voluminosa y brillante siempre causará mejor impresión que un cabello opaco y/o escaso.

Pero contrariamente a lo que el común de las personas cree, la buena salud del cabello no reside en el cabello mismo, sino en su raíz. Tal como haríamos con una planta que tuviera sus hojas marchitas, debemos ocuparnos de sus raíces, del origen mismo de los nutrientes.

Nuestro cabello toma el alimento que necesita para vivir sano y fuerte, del cuero cabelludo. Una extensísima red de finos capilares irrigan cada centímetro de nuestra cabeza y es la encargada de llevar a cada folículo piloso los alimentos (aminoácidos, vitaminas, minerales, etc.) que éste necesita para crecer.

Cuando vivimos en situación de stress constante (muy común en nuestros días), los músculos que se hallan en la base del cráneo se contraen, halando hacia abajo el cuero cabelludo y presionando esos capilares sanguíneos. Por consiguiente, la irrigación es menor o más lenta y el cabello se debilita. No habrá entonces shampoo capaz de devolver vitalidad al pelo. Será necesario descontracturar las vértebras cervicales y las zonas laterales de la cabeza para que la sangre vuelva a fluir con normalidad. Simples ejercicios al final del día, el chorro de agua tibia de una ducha (no muy caliente), funcionarán como perfectos relajantes.

También es importante saber qué tipo de cuero cabelludo tenemos y para ello debemos valernos de una simple observación:
Si la piel del cuero cabelludo es blanca, será normal. Si es rojiza, hay irritaciones, infecciones o posibles problemas vasculares. Si la piel es amarillenta y brilla, se debe a un exceso de grasitud y si es grisácea u opaca, hay una mala irrigación.

En base a estos datos tomaremos las medidas pertinentes para corregir los síntomas.
Para un cuero cabelludo grasoso, será necesario emplear un shampoo regulador de la grasitud, preferentemente a base de cítricos. Si hay mala circulación, un shampoo con mentol puede activarla eficientemente. Si es normal, un shampoo con sustancias nutritivas como el mango o la jojoba lo mantendrán saludable.

Es necesario aclarar que la constancia es la única receta infalible para tener y mantener un cabello saludable y vital.

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