jueves, 3 de abril de 2008

El chocolate, aliado de la juventud


Todos disfrutamos al saborear un exquisito bocadillo de chocolate, pero ¿conocemos su origen y benéficas propiedades? Seguramente no en su totalidad. Si te animas a adentrarte en el fascinante mundo de este producto natural, descubrirás que no sólo es extremadamente placentero al paladar sino que puede ser también un aliado inseparable en tus rutinas de belleza con resultados francamente impresionantes.

El chocolate se elabora con la semillas del árbol de cacao. Los antiguos mayas no sólo lo consumían como bebida rica en sustancias nutritivas, sino que lo empleaban en la preparación de rituales sagrados, como moneda y hasta como medicina.

Luego de la conquista española, el chocolate (ó "chocolátl" en lengua náhuatl) llegó a Europa, ganando de inmediato entusiastas adeptos que continuaron investigando las propiedades de tan singular sustancia.

Nos referiremos específicamente a sus propiedades vinculadas a la belleza natural y que puedes aprovechar en la comodidad de tu hogar:
- es una fuente valiosísima de flavonoides, que son los compuestos químicos que disminuyen el riesgo de coagulación sanguínea y por ende de infartos y derrames.
- altamente humectante y nutritivo, es especialmente recomendado para pieles sensibles, secas y dañadas.
- tonificante de las capas profundas de la piel, devolviendo luminosidad y firmeza,
- equilibra la energía térmica luego de la exposición solar,
- devuelve los minerales perdidos a través de sus altos valores en oligoelementos,
- en su forma industrial contiene sustancias grasas naturales que devuelven la tonicidad dérmica eliminando arrugas superficiales.

Tip
Coloca media tableta de chocolate a derretir a baño maría. Cuando esté completamente derretido, déjalo unos instantes para que se enfríe (no tiene que volver a solidificar), luego lo revuelves unos instantes para bajar adecuar sus calorías a la temperatura ambiente. Con una brocha suave tomas pequeñas porciones y las esparces de forma pareja por tu rostro, comenzando en la línea de la nariz hacia afuera. La capa debe ser uniforme en toda la cara. No olvides cuello y escote. Dejas secar esa mascarilla (sin gesticular) por espacio de 30 minutos. Luego la quitas con agua tibia e inmediatamente colocas una loción astringente.

Los resultados son casi inmediatos. Notarás importantes cambios en la salud de tu piel realizando éste tratamiento una vez a la semana.

Sin dudas el chocolate que nos legaron milenarias civilizaciones es considerado en la actualidad, el nuevo elixir de la belleza natural.

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