jueves, 10 de abril de 2008

Tipos de liposucción

La mala alimentación, el estrés, factores químicos, las actividades sedentarias, son algunas de las principales causas de la acumulación de grasas en nuestro cuerpo. Las estadísticas dicen que nos hallamos en el momento de la historia que ha batido récords en cuanto a índices de obesidad.

Pero siempre que surge un inconveniente, surge también su solución, este caso no podía ser la excepción y pronto hizo su aparición en el mercado de la estética corporal un término que acabaría por ganar simpatizantes en todo el mundo: liposucción.

En los comienzos del furor por la silueta, el único procedimiento existente para quitar la acumulación de grasas del organismo era lisa y llanamente la extirpación de los tejidos adiposos excedentes. Esta práctica no sólo tenía las desventajas propias de cualquier intervención quirúrgica sino que dejaba importantes cicatrices. El precio estético era demasiado alto. Hasta que surgió éste procedimiento que conocemos en la actualidad y que constituye el avance más importante en estética corporal del último siglo.

Una delgada cánula es introducida en las zonas de mayor concentración de grasas, mediante la cual las células lipídicas son licuadas y extraídas de manera casi líquida. Algunos profesionales ofrecen previamente a sus pacientes la posibilidad de reubicar esta grasa orgánica en otras zonas corporales que desee aumentar de volumen (labios, glúteos, pantorrillas, etc.).

Existen diferentes tipos de liposucción y según el caso de cada quien será mas conveniente uno que otro, situación que sólo puede evaluar un profesional calificado y competente.

Las formas más difundidas son:
Liposucción de técnica húmeda: es similar al procedimiento anterior pero con la utilización de menor cantidad de líquido inyectado. Es una técnica más rápida pero es necesario administrar al paciente anestesia general.
Liposucción por motor eléctrico: este procedimiento emplea un motor eléctrico que ejerce sobre la cánula un movimiento de vaivén mediante el cual extirpa el tejido adiposo. No es uno de los más usados por los inconvenientes que representa su fragilidad o lo dificultoso de su esterilización.

Liposucción por ultrasonido: Comenzó a emplearse en EE.UU. en 1996 y consiste en la aplicación de vibraciones ultrasónicas que desintegran las células de grasa. Cuando el material graso se encuentra en estado semilíquido se aspira mediante cánulas especiales y es muy recomendado cuando se trata de extraer grasa de áreas densas y fibrosas del cuerpo como pueden ser la espalda o el tejido mamario en los hombres. Entre sus desventajas pueden citarse la posibilidad de ocasionar quemaduras o necrosis cutánea.
• La liposucción tumescente (inyección de líquido): es el método más usado y consiste en la aplicación de una importante cantidad de solución mezcla de anestésicos locales y epinefrina (para reducir el sangrado y hematomas) en las áreas a extirpar.
Liposucción con aire comprimido o medicinal: es la técnica más nueva para la práctica de este procedimiento quirúrgico. Su uso es muy sencillo, no requiere mantenimiento y prácticamente carece de riesgos para el paciente. Un motor neumático brinda a la cánula un triple movimiento: vaivén, rotación y vibración, que facilita el proceso de aspiración de la grasa desintegrada. La recuperación del paciente es más rápida que con otros métodos.

Siempre será necesaria la intervención de un profesional de la medicina para la práctica de este tipo de métodos. Aunque se trata de procedimientos muy conocidos y populares, no cualquier persona está capacitada para realizarlos. Y – conviene recordar – que cualquier improvisación en materia de estética o salud puede tener consecuencias extremadamente graves.

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