Si esta historia te resulta familiar, sabrás en carne propia que muchas veces los compromisos se tornan ineludibles y aunque el cerebro lo comprenda, el cuerpo parece escapar a la obligación y te traiciona en el momento en que menos lo esperas.

- Prepara una tina con agua caliente para un baño de inmersión. Arroja en ella un ramito de romero, eucaliptus y menta. Añade además unas 2 ó 3 cucharadas colmadas de leche en polvo y 1 de miel.
- Las propiedades descongestivas de las hierbas y las humectantes de la leche y la miel, devolverán a tu organismo la vitalidad perdida, sentirás una profunda relajación muscular y tu piel quedará suave y tersa.
- Mientras tomas tu baño, coloca música suave y aplica en tus ojos dos rodajas de pepino fresco que con sus cualidades refrescantes devolverán la lozanía a la zona de los párpados, tonificarán y reducirán las arrugas y desinflamarán las bolsas y ojeras debajo de los ojos.
- Suavemente exfolia tu piel con una esponja vegetal para eliminar células muertas y recuperar la luminosidad.
- Antes de salir de la tina, lava tu cabello con un shampoo suave y sécalo sólo con una toalla. No uses secador.
- Luego de secarte, aplica en todo tu cuerpo una crema corporal humectante del tipo "emulsión", para que el cuerpo no quede con grasitud.
- Escoge tu mejor vestido. Recoge tu cabello con un bonito broche. Maquilla tu rostro con delicadeza y naturalidad. Notarás de forma inmediata los resultados y estarás lista para disfrutar de una fiesta con amigos, espléndida y rejuvenecida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario