Para evitar su formación es necesario tomar ciertas precauciones vinculadas al cuidado específico del rostro.

Pero una vez que los puntos negros aparecen en la piel resulta necesario quitarlos para que la piel luzca sana, iluminada y vital. La forma más sencilla y eficaz es mediante un baño de vapor. El calor y la humedad del vapor dilatará los poros, facilitando la eliminación de las células muertas y las toxinas dérmicas. Bajo ningún punto de vista deben presionarse los puntos negros para su eliminación, pues es posible que la presión destruya algunos pequeños vasos capilares circundantes y se produzcan indeseables marcas.
La manera más recomendable es luego de un baño de vapor facial, aplicar una crema exfoliante mediante pequeños masajes circulares, removiendo todas las impurezas.
Debes tener cuidado de que la temperatura del vapor irrite demasiado la piel. Una vez completado el procedimiento, debes aplicar una suave crema hidratante, de preferencia las de consistencia de emulsión, o serums, no cremas grasas, para devolver a la piel su natural balance hídrico.
Si realizas esta tarea al menos dos veces en la semana, podrás lucir un rostro joven, sin impurezas, y mantener una nutrición ideal durante todo el año.
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