sábado, 20 de septiembre de 2008

Bella durmiente

Para mantenerte joven y bella tienes dos opciones: comprar y usar costosas cremas y productos cosméticos o peligrosas cirugías estéticas, o bien, dormir una breve siesta cada día. Es cierto, las cosas no son tan simples, pero convengamos en que sería mucho más sencillo tomar la segunda alternativa. Y si bien no puede devolverte el dinero invertido en cosmética ni garantizarte la juventud eterna, créeme que una siesta diaria puede hacer milagros en tu salud.

Un estudio de la Universidad de Haifa (Israel) demostró los grandes beneficios que dormir algunos minutos en la mitad de la jornada pueden observarse en el comportamiento de nuestro organismo.

El deporte, la nutrición adecuada, agua en abundancia, son algunos de los secretos de una juventud prolongada, pero no debes olvidar que el descanso proporciona también condiciones imprescindibles para que nuestras células se renueven con mayor eficiencia. Debes saber que:
  • No es necesario que la siesta ocupe gran parte de tu tarde, ni que le dediques varias horas. Nuestro cerebro descansa en "ciclos" de 45 minutos, por lo que lo más recomendable es dormir uno o dos "ciclos" cómo máximo. Si logras obedecer a este reloj biológico notarás que el sueño es más reparador que si duermes, por ejemplo 1 hora.
  • Durante el sueño, nuestro cerebro "descarga" la información superflua y excedente, tal como cuando vacías la "papelera" de tu ordenador. Esto permite que los conocimientos, las ideas y los recuerdos se consoliden en las áreas específicas de nuestra corteza cerebral, eliminando todo aquello que no necesitamos.
  • La creatividad durante los períodos de sueño se potencia y si te concentras en propiciar un descanso reparador, es probable que al despertar acudan a tu mente esas soluciones que estabas buscando.
  • Al dormir, nuestros músculos se relajan y las tensiones desaparecen, incluidos los músculos del rostro. Resultado: menos arrugas.
  • Cuando dormimos, nuestra respiración se torna lenta y profunda, con lo que la incorporación de oxígeno al organismo es mayor que durante la vigilia. Las células reciben un aporte más importante del vital elemento y recuperan la vitalidad que la actividad cotidiana les quita.
Como ves, sólo 45 minutos son por demás suficientes para ayudar a tonificar los músculos, relajar las líneas de expresión, oxigenar nuestros órganos internos y procesar mejor toda la información recibida por los sentidos. Y no es necesario mencionar el placer que provoca un ratito de descanso cada día.

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