Pues para comenzar te diré que si gustas de tenderte en una playa y recibir de forma directa los rayos solares, puedes hacerlo (con mesura) en los horarios más "saludables": temprano en la mañana o después de las cuatro de la tarde. Un truco para saber si es apropiado tomar sol o no es "medir" tu sombra: para que no corra peligro tu piel, la altura de tu sombra deberá ser superior a tu propia estatura. Si fuera de menor tamaño significa que el sol se encuentra justo encima de tu cabeza y la incidencia perpendicular de sus rayos puede ser altamente nociva. Recuerda que la exposición solar es una de las principales causas de cánceres de piel.

Lo que puedes hacer en un caso así, sin poner en peligro la delicada piel del cuerpo, es optar por un método de "bronceado artificial" que podrás practicar en casa con sorprendentes resultados:
- Prepara un té negro bien fuerte y agrégale una taza de jugo natural de zanahoria y una pequeña cucharada de azafrán.
- Deja reposar la mezcla durante quince minutos y luego con un algodón aplícala uniformemente por todo tu cuerpo. No temas manchar tu ropa pues a las pocas horas de aplicado, una vez que se haya secado bien, los pigmentos naturales del té, la zanahoria y el azafrán ha penetrado en tu piel y no se quitará por contacto.
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