Es cierto que algunos alimentos contribuyen a mejorar el desarrollo de estos aspectos de nuestro cerebro, pero también el ejercicio es fundamental. Efectivamente, como si de un músculo se tratara, nuestra capacidad cerebral requiere entrenamiento y un mantenimiento constante.

Entre los ejercicios más recomendables para mantener una memoria saludable podemos recomendarte las revistas de crucigramas, sudoku (muy de moda) y el ajedrez, tareas que requieren gran concentración, observación y memoria.
No olvides que el ejercicio físico contribuye a optimizar la oxigenación corporal, por lo que una buena caminata diaria hará que más sangre transportadora de oxígeno llegue a las células de tu cerebro.
Un enemigo declarado de la memoria es el estrés. A todos nos pasa cotidianamente que olvidamos llamar a un amigo por su cumpleaños, olvidamos algún producto de la lista de la compra, olvidamos el número de un teléfono móvil, olvidamos buscar a nuestros hijos en el club a la hora acordada. Y es que el estrés ocupa una parte tan importante de nuestra atención, que pareciera que no hay lugar para toda la información disponible.
Recientemente la Universidad de Haifa (Israel) ha realizado estudios que muestran de manera contundente que dormir una siesta de 90 minutos fortalece notablemente la memoria (de corto y largo plazo) al tiempo que mantiene activas las células cerebrales por mucho más tiempo y de forma más saludable.
Por eso, antes de ingerir medicación para la memoria o para un incipiente déficit de atención, mejor opta por incorporar a tu actividad cotidiana una pequeña y reparadora siesta. Será más sano y placentero.
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