martes, 26 de agosto de 2008

Amigos y enemigos de la memoria

Todos tenemos una memoria a largo plazo, responsable de nuestros más antiguos recuerdos, y otra memoria de corto plazo, esa que recuerda algunas cosas durante un tiempo para luego olvidarlas (ejemplo: la lista de contraseñas de mis correos electrónicos).

Es cierto que algunos alimentos contribuyen a mejorar el desarrollo de estos aspectos de nuestro cerebro, pero también el ejercicio es fundamental. Efectivamente, como si de un músculo se tratara, nuestra capacidad cerebral requiere entrenamiento y un mantenimiento constante.

Esto resulta simple si consideramos la inagotable fuente de estímulos que constituye nuestro entorno, pero no siempre estamos abiertos a captar las señales que provienen del exterior y mucho menos a procesarlas y guardarlas en algún rincón de nuestra memoria.

Entre los ejercicios más recomendables para mantener una memoria saludable podemos recomendarte las revistas de crucigramas, sudoku (muy de moda) y el ajedrez, tareas que requieren gran concentración, observación y memoria.

No olvides que el ejercicio físico contribuye a optimizar la oxigenación corporal, por lo que una buena caminata diaria hará que más sangre transportadora de oxígeno llegue a las células de tu cerebro.

Un enemigo declarado de la memoria es el estrés. A todos nos pasa cotidianamente que olvidamos llamar a un amigo por su cumpleaños, olvidamos algún producto de la lista de la compra, olvidamos el número de un teléfono móvil, olvidamos buscar a nuestros hijos en el club a la hora acordada. Y es que el estrés ocupa una parte tan importante de nuestra atención, que pareciera que no hay lugar para toda la información disponible.

Recientemente la Universidad de Haifa (Israel) ha realizado estudios que muestran de manera contundente que dormir una siesta de 90 minutos fortalece notablemente la memoria (de corto y largo plazo) al tiempo que mantiene activas las células cerebrales por mucho más tiempo y de forma más saludable.

Por eso, antes de ingerir medicación para la memoria o para un incipiente déficit de atención, mejor opta por incorporar a tu actividad cotidiana una pequeña y reparadora siesta. Será más sano y placentero.

No hay comentarios: